29 de abril de 2024
En este estudio se examinaron factores genéticos y de estilo de vida en 353.742 adultos de origen Europeo. Los mismos fueron reclutados entre el 2006 y el 2010, y fueron objeto de seguimiento hasta el 2021. La predisposición genética y los estilos de vida poco saludables se relacionaron con una esperanza de vida más corta. Sin embargo, la adopción voluntaria de hábitos saludables mitigó los riesgos genéticos, reduciendo la probabilidad de muerte prematura, no encontrándose ninguna interacción significativa entre los genes y el estilo de vida. De acuerdo con los autores, hábitos saludables como no fumar y hacer ejercicio, promovieron la longevidad de forma contrastada.